¡Ayudame a que este podcast siga creciendo! 
Crear cada episodio de Unos mates con Alex lleva tiempo, esfuerzo y recursos. Si te gusta el contenido y querés apoyar mi trabajo para seguir produciendo más episodios y sus transcripciones, ¡tu donación va a ser clave!
Tu aporte me permite seguir generando contenido de calidad y asegurando que todos puedan disfrutarlo.
¡Muchas gracias por ser parte de la comunidad!
TRANSCRIPCIÓN
Hola, hola, hola.
¿Cómo va todo?
Espero que todo bien.
Yo estoy muy bien acá.
Otro sábado más, compartiendo un nuevo episodio de Unos mates con Alex.
Por si todavía no me conoces, soy Alex y soy el host y creador del podcast.
Hoy le traigo un tema interesante, cultural, sobre nuestro país, Argentina.
Vamos a hablar de los gauchos.
Vamos a hablar de la cultura gaucha y vamos a descubrir quiénes fueron, de dónde vienen, cómo vivían, qué costumbres tenían y también qué lugar ocupaban y ocupan hoy en la identidad argentina.
Así como las palabras que se fueron integrando en nuestro vocabulario diario sobre la cultura gaucha.
Nos vamos a meter un poco en su historia, en su forma de hablar, en su legado literario.
Y sí, también vamos a responder una gran pregunta que se me viene a la mente.
¿ Eran héroes o eran hombres fuera de la ley?
Además te voy a contar una historia curiosa que involucra al mismísimo Walt Disney.
Sí, ya sé, suena un poco raro mezclar a Disney con los gauchos, pero te prometo que tiene sentido.
Pero, quiénes eran realmente los gauchos?
¿Siguen existiendo hoy en día?
Quédate conmigo no solo para seguir practicando español, sino para conocer un poco más sobre la Argentina.
Acompañame a desarmar este estereotipo y vamos a caballar un poco por la historia Argentina, por la literatura y la vida rural.
¿Listos para una nueva travesía?
Comencemos.
Corría el siglo XVIII, en las llanuras del litoral, al noroeste argentino, corrientes entre ríos Santa Fe, las provincias que la componían, eran tierra de nadie.
Allí entre el ganado salvaje, traído por los españoles, y la inmensidad del horizonte, nació un nuevo tipo de hombre, mestizo, nómade, sin patrón o jefe, a ese hombre se lo empezó a llamar el gaucho.
Los primeros gauchos eran mestizos, es decir, hijos de españoles indígenas.
No tenían casa, ni tampoco tenían salario fijo.
Vivían en grupos pequeños, o cerca de tolderías indígenas.
Sobrevivían cazando animales, como avestruces, o incluso arriando el ganado.
También eran excelentes jinetes, domaban caballos salvajes, y conocían el campo como la palma de su mano.
Ese ganado vacuno que se expandió por las pampas, animales como vacas, toros y caballos, fue clave para el desarrollo de la Argentina.
Los gauchos lo cazaban con boleadoras, una herramienta tradicional hecha de piedras atadas, con unas cuerdas que usaban para enredar las patas del animal.
Eran hombres libres, y eso para las autoridades coloniales era un problema, ya que no pagaban impuestos, no obedecían a nadie, y se movían por donde querían.
Intentaron controlarlos con algunas leyes, pero el gaucho sabía perderse en el monte y en el horizonte.
La palabra gaucho aparece en documentos oficiales por primera vez en 1790.
Algunos creen que viene del Quechua, “huachu”, que significa huérfano o vagabundo, y otros piensan que viene del árabe “chaucho”, usado en España para los pastores.
Lo cierto es que desde ese entonces el gaucho ya no fue solo una figura social, empezó a convertirse en un símbolo cultural de la historia argentina.
La vestimenta del gaucho no tenía nada que ver con el estilo, sino con la necesidad y con su comodidad.
Vivían en el campo, trabajaban a caballo y pasaban muchas horas al aire libre, así que su ropa tenía que ser cómoda, resistente y sobre todo útil.
Una de las prendas más importantes era el poncho.
El poncho es una especie de manta grande, rectangular, con una abertura en el centro para pasar la cabeza.
Le servía como abrigo contra el frío, como capa para la lluvia, y hasta como frazada para dormir en el suelo.
En lugar de pantalones tradicionales, los gauchos usaban chiripa, primero y más tarde bombacha de campo, que es un pantalón ancho cómodo para montar a caballo y para moverse con libertad.
La palabra bombacha únicamente refiere a la ropa interior de la mujer, por eso aclaramos que el gaucho usaba bombacha de campo.
Igual, no te preocupes, voy a subir un post de Instagram con imágenes para que sea más claro.
El calzado era muy particular.
Las botas eran de cuero de potro.
Se hacían justamente con el cuero de las patas traseras del caballo.
El potro es un caballo joven.
Eran duraderas, aunque no siempre muy cómodas.
Algunos gauchos también andaban descalzos cuando el clima se lo permitía.
En la cintura llevaban un cinturón de cuero, llamado rastra, decorado con monedas o metales.
Ahí colgaban sus herramientas más importantes, como el facón, que era un cuchillo largo y curvo, que generalmente lo utilizaban para cortar la carne, o también para defenderse si alguien los quería atacar.
En la cabeza usaban una boina, que los protegía del sol, del viento y de la lluvia.
En algunas zonas también llevaban un pañuelo atado en el cuello, llamado pañuelo criollo.
Toda esta ropa no solo era funcional, también era parte de la identidad gauchesca.
Vestirse así mostraba quién era uno, de dónde venía y a qué estilo de vida pertenecía.
La vida del gaucho en algunos sentidos era bastante simple.
Se reunían las pulperías, que eran almacenes o bares rurales, donde la gente se juntaba a charlar, a tomar alcohol y jugar a los naipes, que es como se lo conocen las cartas en Argentina.
También cantaban milongas o payadas, improvisando versos con la guitarra.
Muchos de ellos vivían de changas.
Las changas son trabajos esporádicos o temporarios.
No tenían un sueldo fijo, ni tampoco un patrón estable.
Eran trabajadores independientes, conocían el campo como la palma de su mano, y sabían hacer de todo.
Casar, cocinar, construir, curar heridas, leer el clima.
Su código de honor era muy importante.
El gaucho era leal, valiente y respetaba cada palabra que decía.
El facón era su cuchillo grande y curvo que utilizaba como herramienta principal.
Lo usaba para trabajar pero también como dije antes para defenderse.
Con el tiempo las tierras que antes eran abiertas empezaron a tener dueños.
Empezaron a alambrarse y con eso el gaucho dejó de ser libre.
Muchos empezaron a trabajar en las estancias que son grandes campos privados como peones, es decir como empleados rurales.
Hoy en día el gaucho no desapareció ya que podemos encontrar algunos en las provincias como La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, incluso también en partes del Buenos Aires y la Patagonia.
Todavía hay hombres y mujeres que mantienen vivas muchas de sus costumbres.
Participan en jineteadas, que son competencias de equitación a caballo.
Hacen asados, festivales, utilizan bombachas de campo y se van mate debajo de algún árbol.
Antes de seguir con el episodio, te quería pedir un favor.
Si estás disfrutando de este episodio, te invito a suscribirte al canal, darle cinco estrellas al podcast, y si te animas a dejar un comentario con lo que más te gustó.
Esto me ayuda un montón a que más personas puedan encontrar el podcast y así seguir creciendo juntos.
Si querés escuchar los episodios con su transcripción completa, podés pasar por mi página web www.unosmatesconalex.com, ya que ahí vas a encontrar todo el contenido para practicar el español con apoyo visual y así seguir aprendiendo a tu ritmo.
Y por último, si te gustaría practicar conversación o tomar clases personalizadas de español, podés buscarme en Italki.
Podés encontrar el link en mi perfil de Instagram.
Ahí te espero para charlar, tomar unos mates y ayudarte a mejorar tu español con temas que te interesen.
Gracias por estar del otro lado y ahora sí, seguimos.
Para entender cómo hablaban los gauchos, primero hay que imaginarse en el mundo en el que vivían.
El campo abierto, no había escuelas, no tenían libros, tampoco reglas escritas.
Todos aprendía escuchando, imitando.
Por eso el lenguaje gauchesco era oral, directo, expresivo y muchas veces hasta poético.
El gaucho usaba un tipo de español que mezclaba formas antiguas con expresiones populares.
Algunas de sus frases suenan un poco raras hoy, pero eran comunes en el siglo XIX.
El gaucho también usaba muchas palabras de campo.
Facón, como dije antes que era su cuchillo.
Pulpería, que era un pequeño almacén o bar de campo, donde se juntaban a tomar y a jugar a las cartas.
Recado, que era el conjunto de cuero y mantas que usaban para montar el caballo, como si fuese una silla de montar pero un poco más tradicional.
Changa, un trabajo corto, temporal, sin contrato.
Pero además también tenían algunas frases, por ejemplo, andar con el lazo suelto, que significa que alguien está libre, sin compromiso.
Quedó de a pie, significa quedarse sin caballo, es decir, sin recursos o en una especie de desventaja.
Ser más duro que el lomo de un carpincho, que quiere decir que alguien es muy resistente o terco.
En fin, tenían muchísimas maneras, tenían muchísimas frases bastante poéticas para describir situaciones cotidianas.
El ritmo de su habla también era muy particular, hablaban como si estuviesen cantando.
Y eso se ve claramente en la payada, que era una forma de improvisar versos en rima, acompañados con una guitarra.
Dos gauchos podían estar horas desafiándose con versos, como una especie de duelo musical, ya que esto era una mezcla de poesía, humor, inteligencia y un poco de agilidad mental.
Algo muy similar a lo que se ve hoy en los chicos con las batallas de rap, o batallas de gallos, como también se pueden llamar.
Y sobre todo el ritmo.
El gaucho generalmente hablaba cantando.
Su voz era casi una poesía, en las payadas, improvisaba versos, y tenía una especie de musicalidad que todavía resuena en nuestro español río platense, en su tono narrativo.
La forma de hablar del gaucho influyó en la literatura, en el tango, y en la forma en que los argentinos contamos nuestras historias, con ironía, con imagen, con tal vez un tono más dramático.
Y esa voz se volvió tan potente, que incluso hoy mismo seguimos hablando como si estuviéramos contando historias en un fogón.
El gaucho fue durante muchos años una figura marginal, un paria en la sociedad argentina.
Es decir, una persona que era rechazada por las clases sociales y por las autoridades.
El gaucho no era considerado parte del orden social establecido.
En muchos casos los veían como hombres que estaban fuera de la ley.
Vivían en las vastas pampas que eran las grandes llanuras de Argentina y llevaban una vida muy libre sin seguir las normas del estado argentino.
El gobierno, sin embargo, no los dejaba en paz.
En ocasiones eran perseguidos y eran reclutados a la fuerza para enviarlos luego a las guerras, a luchar en la frontera contra los pueblos originarios, o en las batallas por la independencia.
Esto los separaba de sus familias y les causaba muchas dificultades.
Sin embargo, a pesar de todo esto, el gaucho también tenía una posición especial en la sociedad argentina.
Cuando se luchaba por la independencia de Argentina, el gaucho estuvo presente.
Peleó junto a los grandes héroes de nuestra historia, como el general José de San Martín, que fue uno de los principales líderes en la lucha de la independencia de varios países de América del Sur, como fue en Argentina, en Chile y en Perú.
También luchó al lado de Martín Miguel de Huelmes, un héroe argentino que defendió la región del norte de Argentina, contra los invasores realistas.
Y también pelearon junto a Juan Lavalle, un militar y político que participó en las guerras por la independencia.
Así, a pesar de que muchas veces era visto como un hombre fuera de la ley, en tiempos de guerra, el gaucho demostró su lealtad y valentía.
Pero fue en 1872 cuando la imagen del gaucho cambió para siempre gracias a un escritor argentino, el mismísimo José Hernández.
Hernández era un periodista, político y escritor que escribió la obra llamada El Martín Fierro, que dio al gaucho su propia voz.
En este poema tan épico, el gaucho no sólo habla de sus luchas, sino que también denuncia lo que sufría, las injusticias que enfrentaba por parte del gobierno.
El Martín Fierro se convirtió en un símbolo de resistencia y de lucha por la libertad, y fue una obra que cambió la forma en que la sociedad veía al gaucho.
A través de los versos del Martín Fierro, el gaucho dejó de ser sólo una figura marginal y comenzó a ser visto como un símbolo de identidad nacional.
En la obra, uno de los pasajes más famosos es el siguiente.
Los hermanos se han unido porque esa es la ley primera.
Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.
Esta frase refleja el valor de la solidaridad, y de la unidad, que son valores fundamentales en nuestra cultura.
El Martín Fierro no es solo una obra literaria, ya que también es una declaración política.
A través de ella se denuncia opresión y injusticia social.
También refleja un momento histórico crucial en la construcción de la identidad nuestra.
La figura del gaucho, con todo su sufrimiento y sus luchas, se transformó en un espejo social que permitió a los argentinos reflexionar sobre su pasado y también sobre su futuro.
A lo largo del siglo XX, especialmente en la época del nacionalismo cultural, la figura del gaucho fue rescatada y glorificada.
Fue visto como un ícolo de la identidad nacional argentina.
Se comenzaron a erigir monumentos en su honor, a cantar canciones sobre él y a imprimir su imagen en billetes y estampillas.
La figura del gaucho cruzó las fronteras de Argentina y se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad, la justicia y la identidad en todo un país.
También es importante mencionar que el gaucho representa más que una simple figura histórica.
En la cultura argentina sigue siendo un símbolo de libertad, de rebeldíde y de orgullo.
La obra de José Hernández, el Martín Fierro, es un reflejo de espíritu indomable del gaucho que a pesar de las adversidades luchó siempre por su libertad y por la justicia.
Y así con el paso del tiempo, el gaucho pasó de ser una figura temida y rechazada a convertirse en un héroe nacional y un ícono de la cultura argentina.
El cowboy norteamericano, figura de gran colorido típico, tiene mucho en común con el gaucho argentino.
En 1941, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Walt Disney realizó una gira por América Latina.
El objetivo era crear lazos culturales entre Estados Unidos y los países del sur.
Esa gira incluyó una visita a Argentina y fue muy importante para la historia del cine y también para la cultura gauchesca.
Disney, como se pronuncia en Argentina, por cierto, y su equipo recorrieron varias regiones del país, observando danzas, tradiciones, comidas típicas y, por supuesto, conocieron también la figura del gaucho.
Que le llamó mucho la atención de este personaje, ya que era una mezcla de vaquero, nómada y héroe local.
Algo similar al cowboy norteamericano.
De esa experiencia nació una serie de cortometrajes llamada Saludos Amigos, que en uno de los episodios estaba dedicado a un personaje que muchos conocemos, Goofy.
Pero transformado en un gaucho.
En ese dibujo animado, Goofy aparece vestido como un gaucho, con poncho, sombrero, facón y boleadoras.
Monta caballo por las pampas y aprende a comportarse como un verdadero hombre de campo.
El corto fue pensado para mostrar de una forma divertida la cultura argentina a un público extranjero.
Aunque este episodio no se llegó a estrenar, junto con el resto del material de Saludos Amigos, quedó grabado y hoy mismo se puede encontrar fácilmente en YouTube.
La imagen del gaucho que presenta es caricaturesca, claro, pero también simpática.
No muestra la total realidad, pero se asemeja bastante.
Y nos muestra cómo incluso desde afuera se reconoce al gaucho como un personaje único y valioso.
Que Walt Disney haya querido incluirlo en su obra dice mucho del impacto de esta figura, no solo en Argentina, sino también en la región.
Me gustaría ahora saber qué te pareció este episodio.
¿ Conocías la historia del Martín Fierro?
¿ Qué tradiciones rurales hay en tu país?
Puedes mandarme un mensaje a Instagram, me puedes encontrar como Arroba Unos mates con Alex, y de paso también practicar un poco de tu español.
También quería recordarte que puedes encontrar la transcripción del episodio en mi página web www.unosmatesconalex.com.
El gaucho ya no galopa libre por las pampas como lo hacía antes, pero su sombra sigue allá.
En el humo de un asado, sigue en nuestro idioma, en las frases que utilizamos día a día que provienen de la cultura gauchesca, en la nostalgia de lo que fuimos y también en lo que queremos recordar.
Cuando tomas un mate, cuando escuchas una milonga o una payada, cuando cruzas un campo alambrado, ahí está el gaucho.
No como mito lejano, sino como parte viva de nuestra historia.
Así que te agradezco por compartir este episodio conmigo.
Y bueno, nos encontramos el próximo sábado con otra historia de Español Rioplatense.
Chau chau.